Sam.

a mi también me parecía precioso que la quisieras llevar a bailar , que le regalaras rosas y que le enviaras una carta cada jueves.
cuando hablaba con ella se le veía tan entusiasmada , siempre con esa sonrisa y esos ojos tan brillantes .
y aun me preguntas por que no quiero verte ... no se me hace fácil decirte que no cuando me preguntas si puedes dormir conmigo porque tienes frío .
yo deseo tu calor casi tanto como tu oler la esencia a moras de  mi edredón .
no es justo esto , y me lo repetiré mil y una vez mas , pero es lo que nos toco .
tú sales con mi mejor amiga al igual que mi padre sale con tu madre.
vivimos bajo el mismo techo , desayunamos las mismas tostadas y nos untamos la mermelada del mismo tarro .
en muchas ocasiones nos duchamos juntos , hicimos pompas de jabón , y me hiciste el amor entre espuma de color frambuesa.
vimos viejas películas juntos en el gran sillón negro de cuero del salón , sillón donde yo comí helado directamente de tu cuerpo .
dan las 8 y bajo al recibidor , volvemos a llegar tarde , me paro en el ultimo escalón de la larga escalera de mármol rosa , me siento y me dispongo a atarme los cordones , veo aquella mancha en la alfombra de la entrada , sigue tan turquesa y persistente como el primer día.
me pintaba las uñas sentada en ese mismo escalón cuando ..
*Samanta vamos a la piscina -exclamó .aferrándose a mi cintura , mientras se me escapaba de entre las manos el pintauñas turquesa .. dejando una mancha enorme en la alfombra que tanto le gustaba a  mamá.
tras horas de intensos intensos de quitarla , te empezaste a reír como un loco y me enfade un poco ..
~vamos, para Stef no es gracioso , mamá se enfadara mucho con nosotros..
* mamá..mamá..susurraba besandome el cuello..sabes porque me rio tanto?
~ no , quizás por eso no este riendo contigo.
* ves esa mancha de allí , pequeña , turquesa , con forma de diente de león , es tan perseverante como nuestro pequeño amor , por mucho que riñan , griten , y quieran separarnos seguiremos juntos mi pequeña Sam..
entonces solo pude besarle.
y pensar que ahora no puedo siquiera mirarle a la cara