sábado, 11 de diciembre de 2010

El deseo en ocasiones puede con ella.

Una mano que tira con fuerza , que la obliga a retroceder .
la somete expone a placeres y ella intenta huir .
cierra los ojos , grita con furia.
la mano le abre los ojos y le tapa la boca.
la deja observar el tiempo justo, el tiempo suficiente... suficiente como para mandarlo todo a la mierda.
tampoco es necesario dejarla mirar hasta hacerla enloquecer de deseo.
las manos se apartan de su inofensivo cuerpo , liberándola .
y ella esa noche duerme abrazada a los brazos del deseo con un dulce sabor a lujuria en los labios  .

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